A la orilla de la playa habían estado llegando botellas de cristal de Coca Cola tapadas. Había días que llegaban una, otros días llegaban dos, y ha habido hasta un día en que llegaron cinco, pero la norma general era uno. Como era de esperar, algo que no es coetáneo iba a impactar en los habitantes de la aldea pero pude calmarles rápidamente y pedirles además que no los destruyeran ni los guardaran, que cualquiera que encontraran me los entregaran a mí o a mi esposo. Y obedientemente sin atisbo de maldad fuese uno u otro, siempre nos lo entregaban.
Nuestra casa estaba situada al norte de la aldea, una aldea de pescadores situada a lo que había sido el otra ocasión una de las islas más al sur del Japón. Conforme había ido pasando el tiempo nuestra casa se había ido haciendo más grande apoyado también sin duda por como iba trascendiendo nuestra condición. Una pareja de jóvenes que nunca envejecen y viven para siempre podría parecer designios de dioses y en la aldea nos trataban como tales, pero nosotros no hacíamos milagros más bien ayudábamos en todo como humanos que éramos y nunca tratamos ni usamos esa condición a nuestro favor. Eso si, el secreto del mundo siempre estaba bien guardado y con lo a gusto que estábamos, a pesar de la pérdida de grandes amigos y de otras tantas cosas que han pasado, no queríamos que nada perturbara esa tranquilidad que habíamos estado disfrutando.
Durante siglos todo estaba yendo felizmente hasta el día que llegó la primera botella. Salir de casa y ver a casi toda la aldea reunida en un solo punto me dio muy mal presagio y así fue. Cuando pude abrirme paso entre todas las personas y ver la botella en mano del niño, supe perfectamente que era ella quien lo había enviado. No sé de que manera logré convencerles, quizás que los guardáramos nosotros les tranquilizó bastante. Durante días fue la comidilla de la aldea, pero pasado el tiempo y según iban llegando más, la cosa se tranquilizó.
Una botella de cristal de Coca Cola tapada de origen sin nada dentro, quién lo iba a decir… y como lograría que llegaran hasta aquí era para mi también todo un super misterio. Sabía que contactarían de alguna forma con nosotros, pero no esperaba que fuese por mar y de esa forma.
Todas y cada una de ellas tenían valor, o eso presentí. Todas estaban en la sala trasera guardadas ordenadas de manera que fuese fácil de contar, había nueve filas y cada fila tenía doce menos la última que solo había ocho. Debía de llegar una que fuese la clave, seguro.
Y lo seguro se convirtió en cierto la mañana en que mi esposo entró por la puerta con una en la mano. Yo estaba preparando el desayuno y él, que había despertado pronto, había ido a la playa a pasear. Cuando me la enseñó, pudimos observar a trasluz que dentro había una especie de nota enrollada. Apagué el desayuno y nos pusimos a abrir la botella.
Después de un buen rato logramos sacar el rollo de papel de dentro. Era una carta.
«Queridos Centeno y Ceromi, ¿cómo os va? ¿Habéis disfrutado de vuestro tiempo en la isla?
Sabed que estoy bien y también que ha habido bastante trabajo desde que os marcharais…
Es mentira lo segundo, solo quería haceros sentir mal. Lo cierto es que las hermanas Gen decidieron que debía ser yo quien se encargara de ir erradicando sabios puntualmente hasta lograr hacernos con el último viejo que quedaba. Y lo logré, vaya que si lo logreé, a la quinta.
Como puedes haberte dado cuenta, escribo desde mi forma corpórea, dejé de ser solo un programa un mes antes del cambio de sabio. Ahora soy como tú Ceromi, ya no soy SiRi el servidor sino Sirine, así que no se te olvide dirigirte a mí de esa forma, ¿entendido?
Bueno voy al grano. Imagino que no esperabas que me pusiera en contacto contigo para contarte esto. Algo más gordo os aguarda. Creo ya lo intuyes, creo ya debes saber el motivo de haber enviado todas esas botellas, pero para que no quede una sola duda te diré que la fase dos del proyecto hermano menor se ha completado y que las hermanas Geno necesitan pasar a la fase tres, y para ello tenemos que contar con vosotros.
La alineación sucederá pronto, durante unas horas el portal estará activo y podréis comenzar en el momento que lo crucéis. Pasado eso habrá que esperar veinticuatro meses hasta que se vuelva a producir la alineación. Y en esa alineación debe estar todo conectado o el proyecto no finalizará, y creo saber que intuyes que sucederá si no lo está.
Sin presiones Ceromi, en tus manos queda. Forma un círculo con las botellas y da el salto o quédate en la isla y vive plácidamente con Centeno.»
La carta no podía ser más directa. Centeno la leyó conmigo y claro, no tardó en preguntarme que haríamos. Él sabe de sobra que se trata el proyecto hermano menor, no podía ocultarle esa información eternamente. Por otra parte sabía que una vez dejara de hacer la tarea, la siguiente sería SiRi. Ahora es como yo, y eso me daba un poco de escalofríos a la vez que me alegraba por ella.
Proyecto Hermano Menor Marte es el nombre completo del proyecto, ni más ni menos es un proyecto para limpiar completamente la Tierra del anterior pasado, trasladándolo todo lo que quedó del otro lado a Marte, lo que implica también trasladar todos los instrumentos con los que Gen 38 y 76 se apoyan. En el segundo paso se completa todo el traslado pero solo es eso, un traslado, necesitan que alguien lo conecte manualmente todo. Tendríamos que recorrer un planeta entero como Marte en dos años para conectar todos los sistemas antes que la Tierra y Marte se alineen. Si eso no sucede perderán mucho de su control sobre la protección del planeta y si se completa, se desbloqueará sacar a la humanidad de la era medieval en que se ha estancado durante todos esos siglos.
Le pregunté a Centeno si estaba preparado para llevar a cabo una tarea titánica en un lugar completamente desconocido, y me respondió cogiéndome de las manos con un sí. Entonces todas mis dudas se desvanecieron.
«Prepárate Centeno, si logramos completar este proyecto, algo increíble nos sucederá.»